lunes, 14 de marzo de 2016

Derecho a decidir. Tras buena mercancia se cuela la averiada

EL DERECHO A DECIDIR, LA AUTODETERMINACIÓN. 
Ninguna Constitución de país del mundo, reconoce el derecho de secesión, ni siquiera las nuevas que elaboran los secesionistas lo reconocen para su poblaciones.


Vuelta y revuelta, al debate en Alcorcón nuevos movimientos y partidos, revistas como Ágora Alcorcón publica un artículo firmado por Joan Teran, -sin utilizar el España nos roba o la España subsidiada, aunque citado, el autor debería saber que citado o no esos argumentos son una de las patas esenciales de la consigna por la autodeterminación, que es lo que realmente significa el derecho a decidir entendido como el independentismo lo entiende, porque decidir, se lleva mucho tiempo decidiendo algunas cosas, y otras no, que seguirán sin decidirse en la nueva Cataluña. La frase esencial de su artículo dice ''Porque el régimen que ahora intenta refundarse continúa negando el derecho a la autodeterminación de los pueblos''. Añadiré que el régimen al que se refiere Joan Teran y el que supuestamente pretende crear, tampoco reconocerá el derecho de autodeterminación de Barcelona, o Tarragona, porque el derecho a decidir la autodeterminación, solo es reconocido internacionalmente, por la ONU, en el caso de aplicación a colonias, sojuzgadas, explotadas y teledirigidas por las metrópolis. Así que disculpen por volver a reproducir mis opiniones que ya publiqué al respecto:

Cataluña. Independencia. Izquierdas. La confusión
 
Confieso que estoy confundido con el asunto de la independencia para Catalunya, porque verán, yo no lo considero progresista, de hecho terminé un libro sobre el asunto en diciembre 2013 –Catalunya.Camino a la secesión- en el cual hago una revisión crítica del proceso desde sus inicios hasta la actualidad y mantengo la tesis de que nunca existió un sujeto político homogéneo, el pueblo catalán, en lucha contra otro sujeto, el pueblo español, ni en 1714 ni en 1936 luchó Catalunya contra España, porque en cada trinchera había mezcladas gentes de ambos bandos. Incluido ahora, si quieren resumir, la mitad de catalanes a un lado por la independencia, la otra mitad al otro lado por continuar juntos, el problema es que a esta mitad unionista la consideran no catalana, la apartan, marginan y pretenden colonizar.

Me dicen que la izquierda siempre está a favor de la libertad de la gente, hay que dejarlos decidir. Y ¡córcholis! es lo mismo que decía Thacher y Reagan, dejad que todos seamos libres, dejadme decidir qué hacer con nuestro dinero. También lo dice Esperanza Aguirre, la libertad de elegir es un principio básico del batallón neoliberal, reclaman libertad para actuar, ningún control, exigen a los gobiernos que dejen hacer lo que quieran, donde y cuando quieran. ¿Entonces qué sucede? ‘Yo no soy independentista, pero deben decidir los catalanes’, dicen algunos, recordando una vieja idea de izquierdas sintetizada en, el derecho a la autodeterminación. Sí claro, derecho de autodeterminación de las colonias, absolutamente nada que ver con Cataluña. Ni Euskadi. ¿Entonces qué ocurre?

En este asunto, el derecho a decidir es sinónimo del derecho de autodeterminación, la consigna camufla el derecho a decidir la independencia, utilizando un lenguaje aceptable popularmente. Tras la bandera de la libertad de unos se combate la libertad de otros, de amplias mayorías no propietarias de medios de producción ni patrimonio. Defender que los ricos tengan derecho a decidir independizarse abandonando al resto, no presupone que los menos pudientes tengan mayor libertad, de hecho las desigualdades aumentan porque los acaudalados llevan años reclamando y ejerciendo su derecho a decidir fuera de controles estatales, no quieren que les obliguen a pagar impuestos, exigen exenciones, subvenciones, ayudas fiscales, o formulado como en Cataluña, quieren que los impuestos que pagan les reviertan a ellos mismos. Ese es el derecho a decidir en la cuestión catalana.

Pero entonces, ¿Cómo seguir considerando que la independencia sea progresista? porque lo citado anteriormente es uno de los objetivos esenciales, declarado no una, ni dos, ni tres veces, sino miles de ellas, en panfletos, revistas, estudios, libros, páginas web, periódicos, teles, radios, etc. etc. del movimiento por la independencia en Catalunya, desde hace unos años. Por supuesto todo al margen de la corrupción allí y aquí. Y al margen del Bello durmiente.

¿Luchamos por la libertad de los catalanes? grita Carme Forcadell, Presidenta del Parlament, representando solo a una mitad. Cuanta estupidez tenemos que aguantar, ¿en serio intenta que nos creamos que los catalanes son como los pueblos colonizados?, es un grave insulto para aquellos Vietnam o Angola, para Argelia o Mozambique, para los chilenos post Allende… ¿quiere hacernos creer que los catalanes carecen de derechos civiles como vivían los negros en EEUU? Y jopé, a uno le dan ganas de esconderse ante tanta locura; estar siempre a favor de la autodeterminación de las colonias y ahora esto. Muchos aún dudan porque las palabras son cortinas de humo ¿Catalunya una colonia?, claramente no, pero ante la insistencia de la propaganda secesionista, no una, ni dos, ni tres, en miles de páginas, panfletos, radios y teles, etc. etc. dicen que los españoles explotamos a los catalanes, como si fueran una colonia, de hecho sostienen que vivimos de la explotación colonial durante cientos de años. Con este panorama no me extraña que mucha gente esté a favor de la autodeterminación del pueblo catalán. Pero, esto me confunde.

Resulta que una de las regiones más ricas de España, de Europa y del mundo, dice que son una colonia, y hay gente que lo cree. Una de las regiones del planeta con mejores estándares de vida y libertades, y no me refiero solo a que tengan riquezas en su territorio y éstas sean propiedad de la metrópoli, no, porque los propietarios de riquezas tienen apellidos catalanes, los líderes políticos tienen en su mayoría apellidos catalanes, los ejecutivos, los dirigentes, los mandos intermedios del aparato productivo, los gestores del aparato mediático, cultural, deportivo, social… tienen apellidos catalanes. No, no hay gente de la metrópoli dirigiendo aquella sociedad, por cierto, bastante más cerrada, racista y elitista que otras muchas sociedades españolas. Resulta que sus casas tienen mejores condiciones de teléfono, televisión, calor, agua, tamaño, comodidades, lujos…, sus barrios asfaltados, luces, parques, espacios comunes… la sanidad, medida en camas, médicos, enfermeros, hospitales… la educación medida en cantidad y calidad de estudiantes infantiles, medios y superior, en titulación media y universitaria, en calidad científica, … resulta que la disponibilidad de bienes de consumo, coches, lavadoras, teles, teléfonos, conexión a internet, y un larguísimo etc. de comparaciones los sitúan por arriba, de casi todos los españoles. Y entonces mi confusión aumenta.

Una amiga me dice, ‘pero, en Catalunya hay pobres’. Es cierto, y en Extremadura y Andalucía… pues claro, y en Alemania, China, India, EEUU, pero, ellos no piden la independencia. Efectivamente hay pobres en todas partes, pero el movimiento por la independencia en Catalunya dice, escribe, sostiene, no una, ni dos, ni tres veces… que los españoles les roban. Es terrible que los niños catalanes tengan esa visión, terrorífico que lo digan que alguien desde el sistema educativo –si, si, desde los colegios llevan años enseñándolo- les ha hecho sentir que los españoles del barrio de Pescadería en Almería les roban, que los parados malagueños, o gaditanos se aprovechan de ellos, que los murcianos se llevan su dinero, que los niños de Vallecas viven a costa de los niños catalanes… Y el peligro a futuro aumenta, porque suponiendo que ahora pudiera resolverse el enorme problemón, los niños catalanes, las nuevas generaciones, cada vez abrazan mas la independencia.

Ellos son ricos, por la gracia de dios, por sus méritos, así lo escriben en su propaganda, no dicen que el resto les tenemos envidia, pero lo sugieren cuando llenan declaraciones y trabajos de adjetivos ridículos sobre el resto de españoles minorando nuestra capacidad de trabajo y cultura,... Miro un poco la historia y no dudo que sean un pueblo trabajador, culto, etc. pero no más que otros españoles, puedo aceptar que sean diferentes, pero no superiores, ni siquiera más abiertos. Si uno pasea por el Museo de las Ferias, de Medina del Campo, o por el Monasterio del Escorial, por citar solo dos lugares del centro de España, encontrará múltiples rastros del poder cosmopolita de la España del XV, la Nueva York de entonces, intelectuales, filósofos, escritores, comerciantes, pintores, banqueros, arquitectos y un larguísimo etc. de toda Europa trabajaron y dejaron allí miles de pruebas de ello. El Camino de Santiago fue una avenida de europeización gigantesca… catedrales e iglesias dejan ver culturas muy similares en enormes extensiones de Europa. No, los catalanes no fueron especialmente abiertos, ni especialmente modernizadores por sus contactos europeos o marítimos, ni fueron los líderes impulsores, en mayor medida que otros, de aquella España que utilizaba en sus conexiones marítimas los puertos del Atlántico, del Cantábrico, de Andalucía y del Mediterráneo.

¿Un aspecto diferencial?, su riqueza quieren que sea solo para ellos. Puedo entenderlo, pero mi confusión crece si me dicen que eso es de izquierdas, libertad para decidir que lo de uno sea para sí y a los demás que los den. Siempre creí que la solidaridad era un principio progresista, distribuir para reducir desigualdades es práctica común en los estados federales, suele realizarse a través de impuestos y transferencias inter-regionales. El movimiento a favor de la independencia quiere dejar de compartir, lo suyo para ellos. Me confunden, ¿qué es lo suyo?, sus impuestos. Y sus riquezas, ¿de quienes serán en particular?, ¿en una república catalana sus propietarios las repartirán entre todos, contribuirán con sus impuestos para reducir desigualdades? o puesto que ha sido aceptado el principio de cada cual con lo suyo...

Los impuestos en España señalan que la concentración de ricos es mayor en Madrid y Barcelona, accionistas y empresarios cobran rentas de empresas que en gran parte obtienen sus beneficios en el resto de territorios, desde bancos a fábricas de coches, editoriales o textiles, etc. La pregunta es ¿está bien o mal que paguen impuestos las personas, físicas y jurídicas? porque los colegas de izquierdas hacen dudar de casi todo. Y si está bien que paguen impuestos, no me hagan creer que lo correcto sea invertirlos en su barrio, en su casa. Eso es lo que piden los independentistas, no una, ni dos, sino miles de veces...

Mi confusión respecto a la acumulación de riqueza es grande. Me da por pensar que las políticas proteccionistas del XIX a la industria catalana generaron riqueza para la burguesía haciendo pagar altos precios al resto de españoles, castellanos y andaluces pagaban altos precios por los paños catalanes, porque los gobiernos de entonces dejaban fuera de España con altos aranceles la competencia extranjera que tenía precios más baratos que los catalanes. Se beneficiaba a unos en perjuicio de otros, dicho de otra forma, parte de los recursos de aquellos españoles del interior se desviaba para facilitar la acumulación a la burguesía catalana. Me da por pensar ¿qué hubiera ocurrido si la fábrica Seat se hubiera instalado en Valencia, Murcia o Almería? si las recomendaciones de los grandes dictadores del siglo XX no hubieran consistido en favorecer la inversión en Cataluña, País Vasco –y Asturias una temporada-. Las políticas de los gobiernos españoles durante más de un siglo ayudaron a desarrollar infraestructuras e inversiones en Levante, en detrimento del Atlántico, el Sur y la España interior. Salvo la isla de Madrid.
(2015-10-28)

Los catalanes han estado decidiendo durante muchos años. Elaboración: Manuhermon, con datos del Ministerio del interior. Gobierno de España.

Entre otras formas de participación, los catalanes decidieron elegir mediante votación a sus mandatarios para que les representaran y dirigieran parte de sus destinos: votaron en 11 ocasiones Diputados al Congreso y Senadores, 7 veces para decidir parlamentarios en el Parlament, votaron 9 veces para decidir sus concejales en los municipios, en otras 6 ocasiones eligieron parlamentarios europeos y en otras 6 más decidieron en referéndums, tipo Reforma, Constitución o Estatutos de autonomía. Sí, ellos han podido decidir y lo hicieron –y no los negros en los sesenta en EEUU-. En sus decisiones puede constatarse que salieron mayorías nacionalistas, no siempre, pero nunca eligieron mayorías soberanistas.

Siempre hubo independentistas pero, solo desde hace un año se manifiesta como preocupación creciente las relaciones Catalunya-España en los estados de opinión, problemas que perciben los ciudadanos que publica el CEO (Centre d’Estudis d’Opinió) de la Generalitat. En los cuadros desde enero 2009 a junio 2013 presentan las preocupaciones de la gente, las personales y aquellas consideradas grandes problemas de Catalunya. Ambas coinciden en el orden, las preocupaciones personales, en 2009, vinculadas a la precariedad laboral preocupan un 44% a continuación un 17% el funcionamiento de la economía, ambas consecuencias de la crisis económica, a mucha distancia, también preocupa la insatisfacción con los políticos, cerca de un 5.5%, queda relegada la preocupación de relaciones Catalunya-España a un 3,5%. Escasa importancia se le daba entonces, para la que luego tendría súbitamente.

En junio de 2013, lo que consideran problemas importantes pasan a ser cerca del 50% la precariedad laboral, el 16,2% el funcionamiento de la economía, doblándose el peso de la insatisfacción con los políticos hasta el 12.4%, -que no entiendo insatisfacción con la política aunque podría estar contenida, en el mismo estudio por las diferentes preguntas aparecen grados de interés, preocupación, seguimiento etc., respuestas comprometidas con la política-. Sigue en el grado de preocupación, las relaciones Catalunya-España con cerca de un 11%, más que triplicando su importancia respecto al 2009. Desde luego en los propios centros oficiales de Catalunya, el CEO, donde cocinan los datos de opinión, éstos no reflejan que sea el problema tan insoportable como lo denuncian al mundo sus políticos y los medios de comunicación catalanes.

Un cierto grado de radicalización popular se incuba durante el segundo gobierno de Aznar entre pequeños grupos españolistas y políticos catalanes, amplificado por algunos medios de prensa, radio y televisión. El malestar se hace palpable durante el primer gobierno de Zapatero, a partir de 2004, en la negociación del Estatut, y cuando éste llega al Congreso, siendo aprobado en junio de 2006. Pero todavía durante el 2008 la tendencia separatista se mantiene por debajo del 20% en datos de la Generalitat –ver cuadro anexos-.



En 2009 las encuestas detectan un malestar creciente con el funcionamiento de la democracia en Catalunya, -y en España- probablemente sean reflejos producidos por la crisis económica y el Estatut. A partir de entonces comienza a expandirse el malestar por el recurso de inconstitucionalidad presentado por el PP, y la demora en la Sentencia, lo cual provoca sentimientos separatistas, que unido a la grave crisis económica, produce otro salto al alza en 2011, entrando en la dinámica actual en 2012 con otro acelerón, que lleva aparejadas reacciones masivas de culpar a España –España nos roba- por la mala situación política, laboral y económica de Catalunya, de la que muchos esperan salir con la independencia.


El gran hallazgo de la consigna sobre el derecho a decidir

Quien imaginara la idea, encontró un filón, porque está claro que nadie podrá está en contra del derecho a decidir de la gente sobre su futuro, derecho consustancial con cualquier democracia. Sin embargo como toda realidad la apariencia no es igual a la esencia. A la mayoría de gente bien-pensante le parece que esto es lo más democrático y algunos un poco obnubilados, creen que el nacionalismo está dando una lección de democracia a los españoles, ya que interpretan esta reivindicación en clave ciudadana, ‘para saber qué quieren los catalanes’ cuando se trata de una maniobra dentro del proceso de independencia, puesto que saber lo que quieren hay suficientes técnicas estadísticas y electorales para conocerlo. Por supuesto sería declaración de independencia si saliera el voto favorable, ya que si sale contrario, volveríamos a la casilla de salida.

El resultado de una consulta así, sería directamente un referéndum sobre la autodeterminación, muy poco comprometida para el secesionismo, saldría gratis, sin costes añadidos caso de perder, con volver a empezar al año siguiente, todo resuelto. La utilización de la consigna sobre el derecho a decidir sobre la secesión de Catalunya, ha demostrado ser un arma política de primera magnitud dificilísima de combatir y su instalación entre la gente sigue imparable. A pesar de las preguntas que suscita entre el pensamiento progresista, de izquierdas o simplemente racionalista que no puede aceptar que no haya sido ejercido ese derecho en el pasado por los catalanes en la misma medida que lo hizo el conjunto del pueblo español. Los independentistas lo plantean como una recuperación de algo inexistente y/o que existió en el pasado y ahora no existe en su territorio, para lo cual quieren modificar unilateralmente todo el marco jurídico legal que lo hizo posible en el conjunto de España.

La secesión no se contempla en ninguna constitución, solo está reconocida por la ONU para territorios coloniales, la 1514, de la XV sesión de 1960 aplicada al Sáhara; y la 2625 de 1970, del XXV período de sesiones que reconoce la libre determinación para territorios colonizados y oprimidos, -libre determinación que separa de secesión de estados ya constituidos- es decir reconoce el derecho a la descolonización en territorios dominados, gobernados y explotados por extranjeros, sobre poblaciones sin derechos a decidir organización social, ni económica, ni gobernantes, ni leyes, algo extremadamente alejado de Catalunya y que se redactó pensando en las colonias del tercer mundo.

¿Quienes deciden hoy en Cataluña sobre la mayoría de cuestiones que afectan a la ciudadanía? Evidentemente la burguesía catalana, tan carcunda como la españolista, o británica, que copa todos los poderes, desde el control los medios de producción, fábricas, negocios, comercios… pasando por las tribunas mediáticas, prensa, radio, televisión… desde la cultura, el deporte, comercio, la banca, la política… y las direcciones de todos los partidos como indica la deriva que ha tomado el asunto, de tal forma que la igualdad de oportunidades entre diversas posturas no existe.

Los conflictos de clase han desaparecido de la faz de la tierra sustituidos por el identitario nacional, todos juntos empujando el carro con los mismos intereses, que lógicamente serán los del grupo dominante, suena antiguo. La vida no es solo un conflicto en torno a la producción, los problemas que nos invaden son transversales en gran parte, de sexo, ecológicos, de raza, de religión… de identidad, pero una cosa es que existan conflictos cruzados y otra que hayan desaparecido como por ensalmo las clases. ¿Los trabajadores tendrían ese derecho a decidir, sobre objetivos, salarios, condiciones, horarios, ritmos… en fábricas y tajos, comercios y bancos? ¿Una vez conseguido, los vecinos decidirían sobre qué construir y dónde poner parques y escuelas, cuantos metros edificar y a cuanta distancia del mar…?

¿Por qué no pedir el derecho a decidir sobre la política de austeridad?, por ejemplo, en relación a la urgente reforma fiscal que debería hacerse, sobre los impuestos, tipos y cuantías que las empresas y los ricos deberían pagar aquí en España, incluyo Cataluña. Derecho a decidir sobre en qué recortar, a quienes y dónde invertir y cuanto. Derecho a decidir sobre las condiciones de trabajo, sobre implementar urgentemente planes masivos de empleo en montones de nichos y sectores, decidiendo sobre los recursos a utilizar en ellos, los recursos que ya existen por muchos rincones –Catalunya Caixa 12.000 millones de € ayuda pública del Estado pagada por los trabajadores, los ricos no pagan impuestos-

Derecho a decidir sobre cómo deben reprimir las fuerzas de seguridad las manifestaciones de los indignados cuando se celebran en espacios públicos, incluso decidir si deben ser reprimidas, o mejor todavía, deberíamos decidir a quienes deberían detener y violentar, a los corruptos –catalanes hay montones- a los recortadores de derechos sociales y repartidores de propiedad colectiva tales como la sanidad y la educación…

Derecho a decidir sobre la ley electoral… con cuanta proporcionalidad, eligiendo la circunscripción electoral y número mínimo de diputados elegidos. Derecho a decidir a las mujeres sobre el uso de su cuerpo y al conjunto de personas sobre las libertades civiles, laicas. Sería necesario poder decidir sobre el tipo de energía a desarrollar en España y sobre los precios de producción, decidir sobre la protección de bosques, espacios naturales y costas… ¿Por qué no decidir sobre ayudas bancarias a las Cajas catalanas y sus condiciones de retorno?, y mientras se producen, decidir sobre su gestión ¿Acaso estas cuestiones son más difíciles de lograr que la secesión? Pero no menos importantes.

El liberalismo, los neoconservadores, Reagan, Thacher, Aguirre, Aznar, los banqueros… se llenan la boca diariamente de la palabra libertad, reclaman a los gobiernos y a la sociedad su derecho a decidir. Quieren gastar lo que ellos decidan en lo que quieran, decidir cuánto pagar de salarios y con qué derechos contratar, reclaman poder decidir en donde invertir y cuanto cobrar por el uso de sus carreteras, sus escuelas, sus hospitales, que dicen es su derecho construir… porque según su patrón de libertades, todo el mundo debería decidir libremente qué hacer con su vida, pero sin el Estado de por medio. Las libertades que el neoliberalismo predica, el derecho a decidir que ellos reclaman, es la libertad de los poderosos de llevar el dinero que consigan explotando a millones de personas en un país al paraíso fiscal que les dé la gana…

Dirán algunos que esto no tiene que ver con el derecho a decidir que reclaman los catalanes. Verán, en cuanto derecho a decidir es similar, unos pueden reclamarlo desde posiciones nacionalistas y otros desde posiciones rojiverdes, o malvanegras; desde posiciones religiosas o laicistas, se puede reclamar desde posiciones burguesas o proletarias, lo pueden reclamar los ricos y los pobres…

Todos quieren tener derecho decidir. ¿O no? ¿Es ilimitado en el tiempo? ¿Todos los territorios, aldeas, ciudades, regiones… tienen el mismo derecho? ¿Todos los individuos lo tienen, quien los designa? ¿En las fábricas los obreros tendrían derecho a decidir? ¿Qué opciones serían posibles alternativas a la independencia, que consecuencias tendría una u otra opción?

Despotricar y maldecir a menudo olvida que el pueblo español -y catalán- actuó como sujeto político y ejerció repetidamente el derecho a decidir en numerosas elecciones, y decidió en las antípodas de las condiciones de vida, negación y represión de libertades, de los negros estadounidenses con los que se quieren comparar. Nuestra realidad social y política fue construida por muchas sensibilidades distintas en la Transición, con mayor peso de unas que de otras, sin duda, pero creando una nueva legitimidad general en cuanto que aceptado libre y mayoritariamente por todas las partes que en ningún caso formó un apartheid con grupo poblacional alguno.

En la comparación con otros países, sin duda podríamos trasladar experiencias que mejorarían nuestra democracia, máxime en estos momentos, pero dejemos de meter todo en una coctelera y agitar, y dediquémonos a resolver problemas. Cuesta aceptar la idea de la descalificación global de nuestra democracia y el embellecimiento de las demás como si se tratara de paraísos, y diariamente se hace desde medios de prensa, nacionalistas y obnubilados de todos los colores. Seamos serios en nuestras definiciones, votar en referéndum para elegir presentarse a los JJOO o tal o cual cosa sobre una ley, no es de lo que estamos hablando, que es aceptar la independencia de un territorio. No existe el derecho internacional a la secesión, fuera de los casos coloniales.

Ningún país tiene en su Constitución formulado el derecho a la secesión y muchos tienen expresamente recogida la integridad territorial de forma similar a España, como son Francia, Estados Unidos, Italia o Australia, no acusados de antidemocráticos. No se es más o menos demócrata por reconocer constitucionalmente el derecho a la secesión, que insisto no conozco lo tenga ningún país, o por no citar la referencia a la indivisibilidad territorial, que es por donde se mueven los casos de Canadá y Reino Unido, este último sin ley constitucional expresa y desde luego lejos de modelos democráticos globales la elección de lores o el entramado social supe clasista existente.

El derecho a un referéndum para saber, reclamado en Catalunya, se transmuta realmente con el resultado final, lo que se plantea es un referéndum sobre la independencia. Además revisable anualmente si no sale el resultado apetecido –juro que lo he leído y escuchado a los independentistas, como cualquier otra elección, decían- pero ¿por qué no pensar el derecho a decidir para los supuestos anteriores?, porque los partidos tradicionales de izquierda y los nuevos están dirigidos por individuos de procedencia familiar burguesa, de los estamentos altos de la burguesía catalana, -igual en otras latitudes- se están rompiendo porque la sociedad está harta de crisis y sin ver salidas a medio plazo, se aglutinan en torno al proyecto independentista, la única ilusión, generada como solución de todos los conflictos.

Los independentistas sobrevenidos y una parte de los antiguos, han interiorizado que todos los males que padecen, crisis incluida son culpa de los españoles, de los otros, sean quienes sean no son ellos, y además los otros son todos iguales en su identidad maligna, represora y explotadora, mientras ellos son los ungidos por el espíritu santo, recién nacidos sin mácula alguna limpios de cualquier pecado. Así me apunto hasta yo, al bando de los buenos, si puedo elegir sin costes no me voy a apuntar con los malos -El sentimiento independentista ya existía desde mucho tiempo atrás, lo nuevo ha sido la gran cantidad de gente que se ha sumado, con criterios economicistas o ilusionantes perspectivas que no encuentran por otras partes, al tiempo que les brinda la tranquilidad de haber encontrado a los culpables de todos sus males-

La transversalidad de la reivindicación independentista es un hecho, como su crecimiento. Desde la óptica rojera y progresista, llama la atención el abrazo de posturas secesionistas como solución a sus problemas por centenares de miles de emigrantes obreros y la cesión de partidos tradicionales no nacionalistas, algunos internacionalistas de origen, que se sienten arrastrados por la ola secesionista hasta romperse –como sucede con el PSC, veremos cómo termina- ya que durante mucho tiempo no hablaron sobre qué queremos decidir. Olvidaron que los trabajadores, los débiles, las mujeres, los pensionistas, los parados,… reclaman capacidad de decisión para mejorar sus vidas y la ola secesionista la quiere para constituirse en estado con el objetivo de mejorar los intereses de ricos y burgueses catalanes, que son quienes lideran Catalunya, tal cual neoliberales citados, nuestro dinero para nosotros, los demás que se arreglen como puedan. Nada más antieuropeo, y más antiguo.

Derecho a decidir para los españoles y los catalanes, y los de Tarragona y los de Sabadell y Calella, y Galapagar y Gandía y Teruel… ¿veremos cada año un referéndum para dilucidar si Tortosa se va o se queda, o una vez conseguido para unos se eliminará para el resto sobre todas las cuestiones anteriormente planteadas? Todo nuevo territorio generas nuevas minorías dentro del mismo que según su esquema de ser éticamente generalizable deberían tener el derecho a independizarse, en ese y en cada momento, lo cual se presenta un poco insensato.

Todo el esquema propagandístico planteado por el secesionismo, se ha apropiado del principio democrático del derecho a ser independiente, repartiendo carnets de demócratas al viejo estilo español, los que tuvieran otras ideas no son demócratas, olvida lo anteriormente escrito, y encima omite una realidad suprema actual que pesa sobre todo estado o nación. No existe la autonomía absoluta para ningún estado o nación en el contexto político global europeo de hoy, la soberanía es compartida, así que el derecho a decidir, realmente referéndum sobre independencia, pretendiendo estado propio inserto en la UE –al margen de su extrema dificultad- es bastante engañoso, por cuanto la pertenencia obligaría a compartir el derecho a decidir sobre múltiples cuestiones económicas, legislaciones, política exterior, procesos fiscales, monetarios, políticos,... Por decirlo preciso, no tenemos derecho a decidir devaluar la moneda como ayuda para salir de este infierno de crisis, no podemos decidir emitir moneda para dotarnos de inyecciones tipo FED norteamericana, que disolvieran la deuda y proyectaran crecimiento, no tenemos independencia para implantar una tasa Tobin, porque sería una inutilidad si no se instala en el resto del espacio europeo, como no tenemos derecho a mantener una guerra frontal contra los paraísos fiscales, porque sin la cooperación de la eurozona será imposible, etc. etc.

El problema es muy serio y complejo de resolver, y ha entrado en una dinámica endiabladamente acelerada, preludio de salidas históricas, con ideas defendibles a un lado u otro, tan democráticas y ambas necesitadas de respeto para encontrar salidas. Difícil aceptar la dicotomía de que las buenas son aquellas y las malas estas, y mucho menos el reduccionismo de que metan todas estas juntas en el mismo saco. Como dice J.M. Ruiz Soroa ‘casarse o divorciarse es una decisión unilateral, pero el estatus matrimonial debe decidirse de común acuerdo,… un socio solo no puede decidir unilateralmente la forma de la asociación… no puede decidir solo cómo y con qué condiciones se queda en España…’, dicho de otra forma, la decisión de separarse es suya, -en el suya entra el pueblo entero, no solo los secesionistas- pero el encaje, el estatus de la relación Catalunya-España debe decidirlo el conjunto de los afectados. Después de tener claro lo anterior podemos hablar sobre las posibilidades de algo similar a una consulta, referéndum o proceso para determinar el encaje Cataluña-España.

‘’El problema de la decisión democrática es que es una decisión mayoritaria, y dentro de unas reglas establecidas y aceptadas. No es democrática cuando no cumple la mayoría, y no es legítima porque no cumplen las reglas cuando se sale del cumplimiento de las normas. Para su comprensión, lo exagero: ¿El Ayuntamiento de Cartagena puede declararle la guerra a Libia por el 90% de los votos de los ciudadanos? Democráticamente impecable, legítimamente imposible. ’’
Felipe González y Jordi Pujol en diálogo. Diciembre 2012. Cataluña-España ¿Qué hacemos? ¿Qué fem? en el MACBA, organiza ‘El País’.
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La ANC hará todo lo necesario para que el proceso de secesión sea lo más rápido posible…Con el espíritu manifestado de máxima celeridad, se debería haber materializado la consulta antes del 31 mayo de 2014.
Una vez establecida la fecha de la consulta y ante la convicción de la victoria de la opción independentista, se deberá exigir al gobierno catalán la presentación previa de un calendario… que incluirá el proceso de cesión de poderes de forma definitiva y pacífica.
En el caso de que el Estado español no acepte la celebración de un referéndum o de una consulta, impida la celebración o no dé ningún valor a su resultado, la ANC apoyará las acciones de la Generalidad o del Parlamento encaminadas al logro de la independencia por vía de la Declaración Unilateral.
En caso de inhabilitación de nuestras instituciones de gobierno nacional, la ANC promoverá una Asamblea de Cargos Electos o Asamblea Constituyente para que proclame la Independencia…
Asamblea Nacional Catalana.
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Problemas de Catalunya, según encuesta CEO de la Generalitat, ¡en el año 2013!