martes, 24 de junio de 2014

Presentación. Agitando izquierdas. En Alcorcón. Y donde haga falta




Elecciones 2014



La sociedad española está siendo destruida, se está destruyendo. Es un proceso que viene siendo visible desde hace años y que se ha acelerado con las crisis; la crisis económica, la crisis política, la institucional, la territorial… coincidentes en el tiempo con el cambio de siglo, e iterando entre sí con el cambio de época que supone la globalización, los mercados y los emergentes. Hay otra crisis producto de todas ellas, o quizás basamento de las mismas, la pérdida de moralidad y ética, probablemente sin ella no hubiéramos llegado a esta situación tan desastrosa. La corrupción se extendió como la espuma, y los inmorales sin escrúpulos se hicieron visibles por todas partes, pero lo peor no fue eso, sino su impunidad y el apoyo que les prestan millones de ciudadanos que no saben que ‘la ética abarata costes en dinero en energía y en sufrimiento’, Adela Cortina.

Solo la bajeza moral extendida entre amplias capas de población justifica el apoyo electoral de tanto corrupto, de todos los partidos, sean ERE’s andaluces o la gran mancha corrupta de Gurtell, y Bárcenas… La pérdida de moralidad llegó a parlamentarios y gobernantes que encubren y apoyan, premian con colocaciones bien pagadas, y llegado el caso indultan a culpables sentenciados, de los suyos. Ya les da igual el tipo de delitos, sea agresión sexual o robo. Solo una gran pérdida de moralidad de la ciudadanía permite explicar la insistencia en el apoyo a los mal nacidos, eso son los votos que les reeligen en los cargos, como ejemplifica el mantenimiento de tanta corrupción en Levante: accidente de metro de Valencia, el mayor de la historia de España, tapado apenas sin investigación, aeropuertos sin aviones, fiascos televisivos, basuras y recalificaciones, grandes obras de Calatrava, derroches a cuenta de la visita del Papa,... Casi da lo mismo que cada día salga una nueva noticia, la alcaldesa del PP en Alicante o los urinarios de superlujo de la fórmula 1, o la existencia de medio grupo parlamentario del PP valenciano imputado, pero sentado en sus escaños.

Mientras tanto la Iglesia española, ha perdido toda referencia y ejemplaridad referida a la moral entre sus feligreses conservadores, está perdida en su cruzada contra la ley del aborto y matrimonio, por suprimir Educación para la ciudadanía, y por aumentar sus ingresos directos del Estado, o los indirectos, a través de concesiones y prebendas de colegios, o inmatriculaciones por las que está adueñándose del patrimonio común de los españoles, como la Mezquita de Córdoba, o miles de fincas, edificios, ermitas… Pero ¿conocen ustedes proclamas contra los corruptos? ¿En contra de indultos a delincuentes sentenciados?

A consecuencia de la crisis económica, los gobernantes y el empresariado mezclan todo y agitan para poder justificar las mayores atrocidades en derechos y libertades, en condiciones de vida y dignidad, que nos retrotraen al pasado franquista, viendo corruptos en altos cargos políticos y empresariales. Mientras tanto estamos volviendo a la España de la caridad, en donde se mueven los nacional católicos, cuentan con la complicidad de los medios de comunicación para ocultar que la sociedad tenga como principios la justicia y solidaridad, la equidad y libertad.

No pretendo predisponer al sector conservador, tendrán que realizar su propia regeneración desde sus propias entrañas, más dolorosa cuanto más tarde comiencen. En las izquierdas sí quiero influir y contribuir a renovarla para lograr reducir el poder derechista, a ellas me dirijo criticando errores y comportamientos, con la intención de evitar mayor descomposición y pérdida de influencia que ha facilitado el poder omnímodo de la carcunda. Es necesario restablecer nuevos equilibrios de poder político, porque solo desde la política podrá intervenirse en la vida de millones de españoles.

En la primera parte del ‘Balance de media legislatura’ analizaba el papel de la derecha, en particular del gobierno PP, quedaban pendientes algunos temas, pero las elecciones se acercan y parece mejor asumir el riesgo de opinar de la oposición, de las izquierdas.  ¿Por qué parece mejor opinar que callar? Porque hacerlo podría permitir reflexionar con más elementos y quizás hubiera posibilidad de influir un poquito para mejorar la preparación de las municipales del año siguiente, que vistas desde hoy, se presentan muy negras para los intereses progresistas. ¿Por qué escribo de asumir un riesgo? Porque esta reflexión desde el lateral izquierdo, para mucha gente será como si les pisaran callos, ya que casi todo análisis político hoy implica afear conductas y resaltar elementos negativos que tienen mucho que ver con la situación que nos ha traído hasta aquí, de enorme poder de la derechona.

La ruta de este trabajo que tiene en sus manos traza dos caminos paralelos en el terreno de la regeneración de los partidos políticos: a) la agitación de las izquierdas, desde la izquierda, mirando la campaña de europeas 2014, con poca esperanza puesta de un despertar en las municipales y generales de 2015, -sin olvidar el bombazo intermedio de la secesión catalana, aunque directamente aquí no se mencione-. Y b) la situación particular de Alcorcón, tomado como ejemplo concreto de realidad.

Las Europeas son una prueba que podría dar lugar a equívocos en los grandes partidos si consiguieran buenos resultados y pretendieran generalizarlos, suelen ser elecciones más favorables para los intereses opositores que unas locales y generales, el aluvión de cabreo e indignación que representan pequeños partidos y grupos, muchos de ellos locales, necesitan rodaje, preparación, configurar alianzas, precisar objetivos y conseguir medios para hacer campaña… todo lo cual podrían lograr de forma más sencilla en las siguientes elecciones locales. A pesar en las europeas del voto de castigo posible al bipartidismo, me inclino a pensar que en las elecciones locales tendrán mayor oportunidad las nuevas formaciones.

La capacidad de intervención europea en los grandes grupos continentales actuales podría facilitar el voto útil, -la concentración de voto bipartidista, también de izquierda genérica y verde- ello induce a pensar que un fracaso en las europeas para los pequeños y nuevos grupos no sería trasladable a unas elecciones locales en donde algunos de sus problemas actuales encontrarían mejor solución. Un fracaso de los grandes, por el contrario, sí sería indicativo de enorme cabreo y desafección ciudadana, trasladable a unas elecciones locales y generales. –Equo tiene una particular buena posición de homologación y enganche europeo con el grupo europeo de los verdes, lo que permite pensar que sus resultados en estas elecciones deberían ser bastante mejores que los logrados en elecciones locales, lo cual dejaría abiertas serias incertidumbres si lograra malos resultados, en este sentido se juega más que otras formaciones en esta campaña.-

Algunas cosas que escribo del PSOE, las veo en Alcorcón, y también en la Comunidad de Madrid, otras son producto de estudios y discusiones, que puedo contar por afinidad personal de amigos socialistas de diferentes  ciudades. Tengo otros amigos en distintos sectores de izquierdas y algunos en las derechas; supongo que cuanto mayor se hace una persona, las relaciones acumuladas van siendo más transversales; y no crean que haya una franquicia de buenas personas, como a veces digo, gente buena y chunga encontré en todas partes. –Si quieren una buena descripción sociológica de lo que nos pasó durante décadas a los españoles como ayuda a comprender lo ocurrido, lean a Antonio Muñoz Molina en ‘Todo lo que era sólido’, de Seix Barral.-

Dentro de mis amigos socialistas, todos mayores, algunos fueron cargos electos y han abandonado el partido en estos años, unos quemados de intentar cambiarlo desde dentro se fueron a casa, otros, metidos en procesos de construcción de nuevas formaciones como Equo, de la que salen al poco tiempo aburridos y se ponen a impulsar Podemos u otros proyectos. Algunos siguen militando dentro, incluso con cierta responsabilidad madrileña, dicen estar hartos de la poca discusión y vida política interna, al menos éstos son de los pocos que escuchan. Otros amigos militantes socialistas desde antes de la muerte de Franco, insisten en que fuera no hay lugar para nada, por tanto se cuecen en sus propias ideas internas y cierran sus oídos a cualquier análisis, comentario o crítica de la situación.

La cuestión que se plantea mucha gente, queda reflejada en una triple cuestión:

1) ¿Un gran conglomerado progresista fue útil en el pasado?
2) ¿El papel de conglomerado progresista que el PSOE tuvo antaño está vacante?
3) ¿Podría o tendría que ser sustituido por otro partido o coalición? O por el contrario los militantes socialistas tendrán las suficientes agallas como para reconducir la situación, lo cual implica a muchos de ellos echarse a un lado y abrir puertas a gente nueva.

Rectificar es de sabios. Pero de sabios que se han equivocado. Reconocer errores no es confesar culpas y seguir haciendo lo mismo, implica sobre todo modificar comportamientos, para lo cual es imprescindible escuchar, porque si hasta ahora no los han reconocido-modificado, quizás no sepan exactamente qué quiere la gente. También puede ocurrir que no quieran aceptarlo, o peor aún, se consideren fuera del foco de responsabilidad por lo ocurrido, -ya saben culpables los mercados y el liberalismo, nunca decisiones concretas- en todo caso, sin abrirse a otras opiniones ajenas a compadres de militancia de estos años será imposible modificar actitudes, y estarán contribuyendo a destruir el partido, cuando quieran darse cuenta de ello será demasiado tarde.

Manuel Herranz Montero junio 2014

viernes, 13 de junio de 2014

El bipartidismo no garantiza mayor democracia

El bipartidismo no es garantía de mayor democracia, pero la proliferación de partidos tampoco. El bipartidismo tiene un factor positivo al facilitar estabilidad para formar gobiernos, que la dispersión de fuerzas dificulta. La proliferación de grupos pequeños obliga a pactos para gobernar, una cultura poco habitual en España, la de practicar acuerdos que siempre implicarán cesiones, así los grupos pequeños podrán gobernar, al tiempo que sufrirán desgaste ante sus potenciales electores al no poder cumplir sus programas. La mayor o menor democracia tiene que ver con la mejor participación ciudadana en las deliberaciones políticas y en la toma de decisiones, en la mejor posibilidad de elegir y cesar representantes de partidos e instituciones, en un mayor papel parlamentario para elaboración de leyes, control del ejecutivo, y asimismo en mejores relaciones con instancias supranacionales, también en unas normas de convivencia y respeto, tanto a las leyes que recogerán intereses de mayorías como de respeto a las minorías

La negativa a considerar la validez y utilidad de una amplia fuerza, sustituyéndola o primando los pequeños grupos, o taifas más ideologizados, no conduce necesariamente a resultados positivos para amplias mayorías de población, por mucha lucha callejera y rabia que pongan algunos pocos en declaraciones o panfletos. Solo una gran fuerza opositora en el mundo civil que tenga engarce parlamentario podrá frenar a corto plazo la ofensiva derechista que se está desplegando, la que está trabajando ahora mismo día a día, y que está configurando la sociedad española para los próximos 30 años. No es acertado, ni posible, esperar años y años a construir una gran fuerza opositora idealizada, hoy solo será posible configurarla con la suma de los mimbres existentes, -por otra parte como siempre- muchas líneas de trabajo, concepciones distintas y grupos diversos y dispersos, lo cual irremediablemente diluirá su pureza ideológica y política sumando influencias de una amplia base social. Y eso nos puede conducir a una fuerza progresista, socialdemócrata, o similar.

Mirando globalmente el conjunto de España, sin ninguna duda, la etapa que nace de la Transición hasta hoy, ha sido la de mayor extensión de libertades y derechos de los españoles y la única época histórica en la que ha existido el estado de bienestar en España universalmente disfrutado por todos los españoles. También llamado estado socialdemócrata por ser impulsado por los partidos socialistas tras la II Guerra Mundial, una sociedad instalada solo en una veintena de países de los doscientos del mundo, que recogía viejas aspiraciones del movimiento obrero incorporando de los posteriores movimientos feminista y ecologista, sustentada en un gran pacto social que implicaba la existencia partidos políticos y sindicatos con grandes poderes alternativos a los clásicos poderes económicos, religiosos y militares, que conformaron un sistema político de convivencia basado en la democrática, soportado en pilares básicos universales como la sanidad, educación y pensiones y el mayor salario indirecto, o gasto social de la historia, que permitieron crear la sociedad de mayor igualdad y libertad, justicia y solidaridad que conocimos en España.
   


La Transición no fue un camino de rosas, al contrario, fue un terreno de luchas en el que nadie regaló nada, como ustedes podrían imaginar si leyeran estas 82 páginas -de abajo- sobre las huelgas del comienzo del 76, uno de los muchos acontecimientos convulsos de aquellos tiempos. O como pueden comprobar en las imágenes de conflictos y luchas que publico habitualmente bajo la etiqueta de aquellos tiempos.

Ningún bando, grupo o partido político derrotó totalmente al otro, así que el resultado formulado en un contrato social que dio lugar a la sociedad que hemos vivido durante 35 años, tenía mezclas, briznas o tintes de variadas partes. Al igual que pasa en todas las sociedades modernas. Conviene recordar que la recientemente muerta Thacher y Reagan, impulsaron en los ochenta las políticas neoliberales por el mundo, mientras en España la resultante de luchas de los 70 y 80, llevó la victoria a la corriente socialdemócrata que impulsó, en esos años ochenta, la creación del estado de bienestar, justo en la época en que se empezaba a combatirlo. Estado de bienestar que se está desmontando hoy día; lo cual indica que, si el PP lo está desmontando, es porque ya existía previamente montado.

Desde hace años mantengo la tesis de que gracias a aquellos tipos de entonces, -varios miles de extrema-izquierdosos, marxistas leninistas, comunistas, trotskistas, pro-soviéticos, maoístas, anarquistas…- influyeron en los rojos y demócratas, y junto con su empuje en las luchas obreras, movimiento estudiantil, luchas en barrios, movimientos vecinales… torcieron la rama del árbol de la dictadura al otro extremo de donde se encontraba, lo cual permitió en la Transición crear una sociedad bastante más avanzada en libertades, igualitaria y justa, que aquella que pretendían imponer los  franquistas. La influencia del  izquierdismo extremista empujó a decenas de miles de personas más allá de lo que pretendían otros militantes y partidos, desde los menos rojos, hasta los azules.

No solo los demócratas -de los que había muy pocos- construyeron esta sociedad, que nadie diseñó tal cual conocemos, también estuvieron empujando unos cuantos miles de anónimos militantes, a pesar de que muchos de ellos nunca se identificaron con el resultado, porque evidentemente, la resultante fue una mezcla, de un conglomerado de vectores de fuerzas contradictorias y opuestas, lo cual por otra parte dio consistencia y durabilidad al producto final.

Influencia no quiere decir que dirigieran todos aquellos procesos sociales, sino que pudieron predisponer, convencieron en parte, empujaron un poco, a otros líderes y partidos, a grupos sociales e intelectuales, que a su vez interactuaban entre sí y con los extrema-izquierdosos, formando una amalgama de pocas decenas de miles de personas que interrelacionaban con grupos mucho más numerosos de gentes que se movilizaban para luchar por mejoras en las fábricas, barrios y universidades… grandes movilizaciones sociales de aquellos tiempos, -no por la revolución socialista, ni democrático popular…- muchas de las cuales tenían como objetivo vivir en otra sociedad, pero en la forma de lograr mejoras en las condiciones de vida y trabajo, y en libertades concretas, lo cual equivalía a decir para muchos millones de españoles, mayores salarios, ambulatorios y colegios por los barrios, menos barro y transportes públicos, instalaciones sanitarias de aguas en miles de pueblos y ciudades, abrir puertas en la Universidad a los hijos de obreros, pensiones, derecho a vacaciones pagadas, libertades para las mujeres, posibilidad de votar, etc. etc.

La sociedad que hemos vivido estos 35 años, no existe por el mero  transcurso del tiempo, -el paso del tiempo puede conducir hacia una dirección u otra, al futuro y al pasado-, ni la democracia llegó por un monarca, o libreto de tal o cual líder, ni porque un partido político tuviera una hoja de ruta a seguir. La democracia española llegó como resultante de muchas y variadas fuerzas en lucha, con intereses contrapuestos. No avanzó más, por falta de fuerzas que superaran a sus opositores, pero ¡ojo! tampoco avanzó menos, porque a las fuerzas contrarias se opusieron las luchas de los que empujaban adelante.

Durante aquellos años no existió un partido político que tuviera gran hegemonía sobre el resto, ninguno fue capaz de imponer sus criterios, sus objetivos, al conjunto de la sociedad, de manera que durante un tiempo muchas posibilidades de salidas diferentes parecían estar abiertas. Había partidos con mayor implantación que otros, sin duda, pero en general las militancias que lideraban los procesos, las luchas, los enfrentamientos, no eran muy numerosas, y la permeabilidad entre ellas se producía fácilmente.
Los líderes, las minorías militantes, no deben confundirse con los grandes grupos sociales que a su vez impulsan, acompañan o apartan a líderes, siglas o corrientes ideológicas. En los ochenta, millones de españoles eligieron líderes y proyectos socialdemócratas, y no las corrientes más izquierdistas. Hasta que se gastan o agotan ambos colectivos, y su tiempo termina y entonces, ya que el vacío no existe en política, el espacio es ocupado por otras fuerzas antiguas o nuevas, como ocurrió en los noventa. Y empezamos el nuevo siglo con otros problemas.






lunes, 9 de junio de 2014

Para avanzar hay que mezclar, nuevos activistas y viejas organizaciones

Los resultados de las elecciones europeas no me obligan a cambiar las ideas anteriormente publicadas en esta serie, 'Agitemos las izquierdas', ni las que ya tenía escritas listas para publicar, en todo caso las potencian, más tras el éxito de Podemos, frenazo de IU y fracaso del PSOE cuyos militantes en su mayoría siguen ciegos y sordos, -ahora muchos de ellos considerando que los atacan se cierran aún más-. El 14 de mayo, antes de las elecciones, escribí: El agotamiento de socialistas y comunistas, en dicho artículo destacaba el papel de los activistas de nuevo cuño, miles de personas realizan gran actividad política y social fuera del marco de los partidos tradicionales, su labor influye positivamente en entornos sociales locales y además su oposición activa, empuja y despierta a los partidos, siempre fue útil.
‘Gatherestudios’ es una empresa de análisis y estudios estadísticos, de los que realizó sobre el 15-M, en mayo de 2011 ‘Primeros resultados de la encuesta “Análisis del movimiento 15M” entresaco conclusiones: 
1) El 55,70% de los encuestados participó en alguna de las convocatorias relacionadas con el movimiento 15M (manifestaciones, concentraciones, acampadas, etc).
2) La fuente principal de información de los encuestados han sido las redes sociales en Internet.


3) Más de dos tercios de los encuestados creen que es un movimiento apolítico. (Asombroso, salvo que tenga como explicación el apoliticismo considerarlo al margen de los partidos políticos)

4) El 76% no pertenece a ningún tipo de organización formal, aproximadamente el 63% de ellos se definen su ideología como de izquierda o centro izquierda. El 70% no supera los 34 años. Así mismo, aproximadamente el 70% de ellos han cursado estudios superiores. Solo el 17,7% de los encuestados son estudiantes y un 18% son parados. Entre los encuestados, más del 93% son usuarios de redes sociales.

Una parte de esa actividad podría dar mejores resultados, iterando con las organizaciones partidarias y entrando en el Parlamento para lograr normas legales que impulsaran y obligaran modificaciones a sectores ideológicos, económicos y empresariales. Tampoco los partidos parlamentarios consiguen mayores resultados porque les falta un fuerte empuje, como el suministrado por estos miles de indignados afincados por barrios y sectores, no iteran con ellos en muchos casos por considerarlos no suficientemente democráticos. Además de percibirlos en ocasiones como una competencia que los apartará a ellos de la primera línea.

Un salto adelante es necesario para avanzar en resolver problemas, mezclar ambos componentes, lo nuevo y lo viejo, como se hizo en el pasado con tan buenos resultados para la modernización y progreso de la sociedad española, que fue posible y espoleada por la suma de fuerzas diversas. Mezclar, sumar nuevas realidades, no integrar individuos con el criterio de derrotar a los otros, si los partidos -son la institución peor valorada en las encuestas del CIS- no entienden que no sirven adecuadamente a las demandas de la ciudadanía, y tienen que abrirse a grandes modificaciones, si solo pretendieran captar a gente nueva para acallar contestación externa, si pretendieran asimilar a los que se mueven, o integrar en sus filas la savia nueva, sin adecuar sus estructuras y funcionamiento seguiríamos atascados y más temprano que tarde irían siendo apartados. El problema esencial no está en elaborar ahora un programa más izquierdista que el de al lado, tentación que abrazan socialistas y comunistas tras la irrupción de Podemos, el problema esencial tiene que ver con la poca democracia interna y participación, con reconocer errores que implique cambios en las formas de organización, deliberación y decisión. 



En el libro escrito por Santos Juliá ‘Camarada Javier Pradera’ recién publicado por Círculo de Lectores –precio bajo-, evidentemente sobre el gran Javier Pradera, recoge un pensamiento similar al de la primera parte del título, ‘no éramos demócratas’. A la cual añado la idea de que aquellas gentes, los rojos, fueron la punta de lanza que libró las batallas principales por instaurar la democracia en España. Juzgar el pasado con los parámetros del presente conduce a equívocos y errores de interpretación sobre lo que sucediera entonces. O uno se sumerge en aquella época que pretenda estudiar, o resultará difícil comprenderla.


No, los rojos no eran demócratas, pero sin ellos no existiría la democracia en España, sin sus luchas de resistencia en la postguerra, vaya usted a saber lo que hubiera sido esta España, porque, tampoco eran demócratas los franquistas, ni el aparato del estado, la policía, jueces, ni los fachas, ni la extrema derecha, ni los militares, ni la iglesia, ni el empresariado, ni tantos y tantos otros, millones de españoles que luego vivieron en democracia. Si lo hubieran sido, Franco no hubiera muerto en la cama investido de sus poderes. No se engañen, los pocos demócratas españoles que había en diferentes sectores sociales, incluso de los citados arriba, ni siquiera en los setenta luchaban por la democracia encuadrados en organizaciones en las primeras líneas, salvo excepciones.


Las organizaciones que lucharon contra la dictadura franquista, contra el capitalismo carpetovetónico, contra la intransigencia religiosa, contra los instrumentos represivos del estado, contra aquellas leyes, estructuras y normas tan carcas, tan rancias, fascistas, machistas, opresoras, represivas, explotadoras… las fuerzas luchadoras de choque, fueron fundamentalmente de izquierdas. En esas organizaciones clandestinas, fundamentalmente marxistas y anarquistas, luchaban hombres y mujeres rojos y posteriormente durante la transición se fueron constituyendo organizaciones cuyo carácter fundamental se iba desgajando del de clase, tales como feministas, ecologistas…

En la última etapa del franquismo, finales sesenta y setenta, varios miles de activistas políticos, los implicados hasta las cejas, integrados en los grupos organizados, luchaban por cambiar la sociedad, cada uno con su utopía, aunque para todos estaba claro que aquella sociedad no la querían. No hubo ningún plan elaborado por nadie que definiera la sociedad que luego conocimos, se fue construyendo sobre la marcha en función de las ideas que se reelaboraban a cada momento, condicionados todos, derechas e izquierdas, españolistas y nacionalistas, monárquicos y republicanos, revolucionarios y reformadores, todos eran obligados por la correlación de fuerzas que tenían los unos y otros, o por la que pensaban tendrían ellos y los otros, porque los cambios en las fuerzas se producían diariamente.

La Huelga General de finales 75/76, fue un acontecimiento enorme, en duración e intensidad, desde mediados de diciembre hasta primeros de febrero, hubo días con 400.000 obreros en huelga en Madrid. Una vez más sacaron un decreto de congelación de salarios, era habitual, y se fue incendiando la pradera. Se militarizó Correos y RENFE, montones de despedidos y sancionados, cuya eliminación de sanciones, se logró. 

No eran demócratas las organizaciones e individuos que lucharon contra el franquismo en primera línea durante la larga posguerra; ni siquiera en los setenta. Los individuos que querían hacer algo contra aquella horrible sociedad, represiva y explotadora, se integraban en organizaciones marxistas, porque eran las que existían con capacidad organizativa, entrega y espíritu de lucha y posibilidad de encuadrar, tenían estructura, líderes y estabilidad. Y sueños de un mundo más libre y justo. –Las teorías organizativas leninistas impregnaron el siglo XX hasta hoy, a todos los tipos de organización, de izquierdas o derechas, de obreros o empresariales. Tengan en cuenta que durante muchos años del siglo XX los autores más leídos, con mayor cantidad de libros editados en el mundo, fueron Lenin y la Biblia-

Nadie consiguió totalmente, -ni en un alto porcentaje- los objetivos utópicos que se había trazado, desde la extrema derecha, franquistas, reformadores, socialistas, comunistas, a la extrema izquierda; desde la patronal hasta la Iglesia, desde el mundo agrario al industrial,… Ni por supuesto todos tiraban en la misma dirección, cada grupo luchaba por unos ideales y empujaba hacia un lado, incluso aquellos dentro del mismo campo ideológico peleaban entre ellos, a derecha e izquierda. En las filas derechistas, fue uno de los pocos períodos de la historia de España en los que la derecha fue dominando a la derechona, aglutinando cada vez mayor fuerza política, que en suma recogía gran parte de la fuerza económica, la burguesía a cada momento que pasaba se sumaba con mayor fuerza a la apuesta democrática. Y las fuerzas de izquierdas también fueron poco a poco apostando por ella, el problema era determinar con qué grados de desarrollo.

Tras morir Franco, todos los poderes, económicos, políticos, militares, religiosos, los gobiernos y élites mundiales, tenían bastantes dudas de cual podría ser el resultado de la situación española a corto plazo, -el vecino Portugal ofrecía inquietantes ejemplos para ellos- cabían posibilidades con tintes rojos, o bien España podría derivar a una democracia burguesa, de corte sudamericano o de estilo europeo. Y no crean que con un solo puerto posible de llegada, aquella democracia teórica abría una horquilla bastante amplia de posibilidades concretas, porque dentro de esa democracia burguesa no era lo mismo unas cosas que otras, recuerden que al principio se postuló la ¡apertura franquista! como salida y evidentemente las diferencias con otras opciones democráticas eran enormes. Había que determinar en concreto cada día, cada año, el modelo de sociedad, con mucha disparidad entre los niveles de reparto de fuerzas.

Tampoco se puede pensar que absolutamente todo estaba en el aire, y por tanto carecieran de sentido los movimientos de las fuerzas políticas. Se construyó sobre los cimientos teóricos de muchas personas, en este caso sí puede considerarse, con aportaciones democráticas, por carentes de tintes dictatoriales de derecha o izquierda, cuyas líneas de organización del estado, separación de poderes, y participación popular, eran clásicas democráticas- sus aportaciones precisamente se limaban de extremismos para conseguir integrarse con mayor celeridad y profundidad en las diversas fuerzas y por ende en el pueblo que los apoyara. En ningún caso olviden que la mayoría de la población nunca luchó contra Franco mientras éste vivió. La guerra fue una derrota brutal que exterminó a varias decenas de miles de personas preparadas, conscientes, responsables, echó de España a cientos de miles y doblegó por la fuerza a unos cuantos millones.-

Así que los grupos modificaban sus fuerzas, por recibir mayores o menos apoyos, de las gentes, del pueblo, de los trabajadores, de las patronales, en función de las luchas que se producían en las calles, en los barrios, empresas, universidades… y por supuesto las fuerzas se movían por los apoyos del capital, cuyos diferentes sectores nacionales y/o internacionales apoyaban a unos u otros en función de sus diversos intereses. Los partidos poco a poco modificaron su capacidad, también por la solidaridad internacional, incluidas las internacionales, el apoyo del mundo diplomático, o sus maniobras - personificaba los poderes e intereses de otros gobiernos- y así fueron calando las propuestas de cada grupo director del proceso en grandes sectores de población, que cuando tuvieron que decidir, fueron votando a unos y dejando de votar a otros. Sí, hubo derecho a decidir en muchos frentes, no es un invento actual.

Ni de broma puede aceptarse que el resultado de la Transición fuera el que hemos vivido gracias a unos cuantos que tuvieran un plan, fueran el Rey o Suarez, Carrillo o Botín… que evidentemente eran figuras singulares que representaban opciones e influían, pero en ningún caso salió lo que ellos trazaron, que por otra parte modificaban a cada paso, cada semana, cada día.

viernes, 6 de junio de 2014

Alcorcón. Análisis electoral. 4. El IV grupo, entre 100 y 1.000 votos

Lo más destacable es que el número de listas que obtienen entre 100 y 1.000 votos aumenta considerablemente respecto al pasado, como también aumentan la cantidad de listas de los que consiguen menos de 1.000 votos, sin posibilidad de representación pero que en total suman alrededor de 4.000 electores una cifra considerable que sobrepasa el 6% de votantes, que sumado al 3% de voto blanco y nulo es bastante significativa como caladero a pescar en él. Naturalmente la abstención tiene una muy superior importancia, alrededor del 50% en esta ocasión, y caso de movilizarse podría modificar bastante el mapa electoral alcorconero.

En algunos casos de listas de este grupo, pueden encontrar nombres tradicionales en otras elecciones que mantienen sus votos –pocos en relación a los grupos de cabeza-, en otros casos son nombres nuevos que parece poco probable se mantengan en las próximas municipales y menos en generales, salvo que realizaran un  gigantesco trabajo y encontraran otro nicho de voto –que se sabía existía- como Podemos, lo cual en mi opinión es extremadamente difícil. Consideren que muchas de ellas tienen menos del 0.20% de representación. Por debajo del 1% hay 30 listas que representan el 6.30%, en las anteriores europeas de 2009 eran el mismo número pero representaban un 3.19% de los votos y en las anteriores de 2004 representaron solo el 1.73% del voto emitido. Nulos y blancos van teniendo mayor peso desde el 2004 con el 0.93%, pasan al 2009 con 1.69% y llegan hasta 2014 con 3.46%.

Antes de seguir una aclaración sobre la ‘pesadez de los porcentajes’. Además de los votos obtenidos por cada lista, siempre conviene considerar el peso o la proporción que suponen en relación a la totalidad de voto emitido, la cifra absoluta por sí sola facilita menor información que si añadimos el porcentaje, ya que en caso de votar más o menos personas en esa convocatoria y dependiendo de la abstención general, la cifra absoluta anterior pierde parte de su relevancia, mientras que sigue manteniéndola la proporción en relación a votantes.

Así la pérdida de peso del bipartidismo, o la desafección hacia los dos grandes partidos, si lo prefieren, no queda concentrada en unos pocos partidos que se acercarían ideológicamente a los grandes, más bien se acentúa por la dispersión de voto y no solo por la preponderancia de unas cuantas candidaturas, como pudieron ver anteriormente, sino porque la mayor cantidad de listas por debajo del 1% se llevan un buen número de votos, superior a la media de Madrid, que a su vez es superior a la media española. Dicho de otra forma, Alcorcón respecto al voto tiene mayor dispersión que Madrid y que España, si consideramos los obtenidos por listas con menos del 1%.

PD. Reitero una respuesta. Como he escrito otras veces, en política, tener razón sirve de muy poco. La política funciona en el entorno de lo colectivo, es el arte de la lucha de fuerzas en torno al poder, -se supone que se quiere poder para cambiar la realidad y acercarla a los ideales y programas- por tanto en los análisis políticos lo importante a estudiar es la capacidad de movilización en torno a un objetivo, de cambio o permanencia, en este caso de las elecciones el objetivo es la consecución de votos para lograr diputados, o concejales que permitan intervenir y modificar la realidad.

En ese terreno centro mis análisis, o quiero centrarlos, en la capacidad de sumar voluntades y apoyos, no siempre expresados en votos, pero sí en unas elecciones, en las tendencias al alza o retroceso de fuerzas, que reflejan los resultados electorales, los cuales indican los movimientos de apoyo con los que podrá contar cada grupo, o lista presentada.

PD2. La criba que haría un límite del 5% sería espectacular, la necesidad de alianzas y coaliciones está abierta.

PD3. Si consigo leer los análisis de las elecciones de partidos y grupos alcorconeros, estaré presto a ampliar detalles.O corregirlos.

lunes, 2 de junio de 2014

Alcorcón. Análsis electoral.4 . Tercer grupo, C's, Vox, Equo


Por detrás de PP y PSOE, aparece el segundo grupo de Podemos, UPyD, e IU, en el siguiente tercer tramo vemos Ciudadanos, C’s, con 2.883 votos, suponen el 4.73% del total, -mejoran aquí su proporción de voto obtenida en el conjunto de España- para valorar esta cifra en su justa medida, tengan en cuenta que es superior a la que obtuvo IU en las anteriores europeas en Alcorcón. En el conjunto de España han sacado 495.114 votos un 3.16% del total, que en Cataluña duplican con un 6.28%. Ciudadanos es un grupo nuevo en toda España, salvo en Cataluña, genera simpatías similares a UPyD y muy probablemente sus votos hayan salido de bases sociales compartidas, y sectores populares, causa extrañeza sus dificultades de integración o coalición... en unas elecciones con circunscripción provincial la participación o dispersión del voto es una rémora que asegura perder a ambos.

En este tercer grupo aparece VOX, nuevo partido de la derecha, con 1.536 votos, que parecen restar al PP. La pregunta es si lograrán mantener vivo el grupo durante el tiempo suficiente como para asentar una nueva opción en la derecha, que hasta ahora estaba casi totalmente integrada en el PP, y que con mayor lentitud que en la izquierda parecen surgir nuevas opciones. En Euskadi en donde surge el partido ha obtenido el 0.55% de los votos. 
En España ha obtenido 245.000 votos suponen el 1.56%, en Madrid el doble proporcionalmente, el 3.64% y en Alcorcón el 2.52% un porcentaje nada despreciable.

En este tramo está Primavera Europea, escondido tras dichas siglas está Equo, aquí con 1.004 votos que suponen el 1.65% del total.  En mi opinión es un mal resultado de un partido que sería necesario aquí y en España, que debería dar lugar a reflexiones y cambios que desatasquen su situación, más allá del humo que supone la obtención de un diputado europeo.

(Primavera Europea, la forman -Coalición Compromís que a su vez la forman (CCPV, formado por Bloc Nacionalista Valencià, BLOC; Iniciativa del Poble Valencià, IdPV; y Els Verds-Esquerra Ecologista del País Valencià, EV-EE)+ EQUO+ Chunta Aragonesista (CHA)+ Democracia Participativa (PARTICIPA)+ Partido Castellano (PCAS)+ Por un Mundo Más Justo (PUM+J)+ Socialistas Independientes de Extremadura (SIEX)+ Coalición Caballas (CABALLAS)+ Socialistas por Tenerife (SxTf))

Para el conjunto nacional obtienen poco menos de 300.000 votos, un 1.91%, que en Madrid suben al 1.99% y aquí en Alcorcón no alcanzan, quedando en el 1.65%. Para entender mejor la cifra obtenida en Alcorcón consideren que en las municipales de 2011, Ecolo, embrión de Equo, sacó 1.117 votos y en las generales de 2011 obtuvo 1.540 votos, tras haberse producido la ruptura de LV-GV que se coaligaron con IU. Tres años después de trabajo, no aumentan ni conservan aquellos votos, máxime, en una convocatoria europea que les suponía un plus de conocimiento dada su condición de europeístas tradicionales con grupo definido en el Parlamento, EuropeanGreenParty.

Para situar en contexto las opiniones y simplificando en exceso, podríamos estimar un rango entre un 5/10% de voto ecologista en España, -Angel Valencia cita un porcentaje cercano al 10% como donante a grupo ecologista, lo cual podría asimilarse en alguna medida a cierto grado de afiliación, y el CIS estima un 4.5% de población que se define como ecologista en primera opción, y un 7% en segunda- un 4.5% sobre 16 millones de votantes, los habidos en estas elecciones, supondrían unos 720.000 votos, un 10% nos llevaría hasta 1.600.000. En el caso de Alcorcón sobre 62.000 votantes totales, ya dejada al margen la abstención, podríamos estimar que los votos ecologistas en general estarían en una horquilla de unos 3.100 hasta un máximo de 6.200. Evidentemente el total de voto ecologista supuesto el 7% de segunda opción según el CIS, se distribuye entre todas las formaciones políticas del arco ideológico, incluidas derecha y centro, podemos suponer que cuanto más cercano esté a la definición en primera opción, las preferencias se acercará más a partidos verdes, sin olvidar que socialistas y comunistas también contienen voto verde autoconsiderado ecologista en primera y segunda opción.

Para enmarcar lo escrito, tomamos unas cifras de activismo ecologista de un autor especializado ‘Opiniones y Actitudes. Ciudadanía y conciencia medioambiental en España’. Ángel Valencia Sáiz, Manuel Arias Maldonado, Rafael Vázquez García. CIS.2010.



Equo se esconde tras diferentes nombres, Compromis, Primavera,… y no aparece nítida su existencia para el electorado, siendo un gran desconocido después de tres años funcionando, -tardaron demasiado tiempo en hablar de la crisis- aumenta su dificultad de nitidez por los criterios de pertenencia, sus afiliados, -que en Alcorcón podrían ser un número apreciable- pueden ser militantes de otras organizaciones y no queda claro si trabajan para Equo, o, en su entorno para sus otras organizaciones. Parece que después de tres años de existencia, en este torbellino de crisis económica, política, moral, institucional en el que nos movemos, sus líderes generales y locales, sus opiniones e ideas, programas y criterios, etc. deberían ser más conocidos. Si quieren mejorar reitero lo que escribí, necesitan configurar un mensaje global reconocible y diferenciable (En mi barrio. Alcorcón 23/5/2011)

En unas municipales y generales, con el distinto formato de circunscripción electoral unos resultados similares a los actuales serían un gran varapalo que no podría tapar la obtención de un  diputado europeo en este caso logrado en el conjunto de España  sin las pérdidas de votos que provocan las circunscripciones pequeñas. Los votos verdes, que podrían haber llegado a Recortes Cero y a Equo, que estimo en poco más de 3.000 en total, parecen haberse ido en parte a Podemos, considerando que otra parte similar de voto verde han llegado a otras opciones principalmente a IU.

Las transformaciones del mapa político en Madrid, por la caída del PP y PSOE y ascenso de IU y Podemos agitará el panorama de posibles alianzas y coaliciones, en las que se habla de Equo. Es muy pronto para saber resultados de algo que aparentemente parece lógico, pero que lo era desde la campaña antiOtan, de primeros ochenta, la etapa de fundación de IU y siempre tuvo demasiados problemas, desde entonces se han producido unas cuantas escisiones y expulsiones en IU, con integración también de distintos grupos verdes. El problema para Equo es que desconocen su fuerza como partido independiente, ecosocialista lo que los sitúa con cierta debilidad ante cualquier alianza.


4) En el caso de aumentar el resto de partidos pequeños, el mejor candidato para hacerlo en teoría va a ser UPyD, que se beneficiaría localmente de la campaña general que está haciendo. Dicha campaña general genera un discurso global susceptible de ser asimilado por cualquier ciudadano en cualquier lugar.

Otra vez las tesis de Lakoff, los criterios generales a escala nacional tendrían mayor peso que la actuación local de este partido la cual ha sido muy pobre en el municipio.

5) Los verdes. La mayor duda es, ¿qué va a pasar con los verdes en Alcorcón? en teoría cuentan con una magnifica situación para permitirles entrar en el Ayuntamiento, dada la pérdida del paradigma global de izquierdas (que nunca afectará solo a socialistas, también lo hará a comunistas). Su punto débil en España es la falta de un discurso global.

En el aspecto local, el desgaste específico del equipo de gobierno local, que unido a su mayor presencia en la actuación local que otros partidos, debería permitirles aumentar considerablemente el número de votos, pero contra esta tendencia tendrán la realidad de no haber conseguido interiorizar en los ciudadanos un discurso unido local y global, les pesará su dispersión, en términos vulgares.