domingo, 25 de octubre de 2009

Alcorcón en tres décadas. Orgullo ciudadano.

Este pueblo en el que vivimos, no es el sitio más bonito del mundo. Hay muchas ciudades españolas preciosas, (las capitales de provincia), y nuestros pueblos de procedencia, algunos con bosques, ríos o montañas, incluso playas… pueblos y ciudades creadas a través de siglos de historia durante los que han ido sumando edificios, plazas, lugares especiales.

Alcorcón tal como hoy lo conocemos, no lo hemos construido en varios siglos, (el plural nos incluye a todos), solo hemos tardado treinta años, desde los ayuntamientos democráticos, para hacer una ciudad nueva con muy buena calidad de vida.

El pueblo es casi inexistente en 1960 con 800 habitantes, que pasan a ser 46.000 en 1970 y 112.000 en 1975. Con una renta media mensual per. cápita de 17.800 ptas. Hoy son 14.400 euros, equivalentes aproximadamente a 2.400.000 ptas. En ambos años es una renta menor a la media provincial, lo cual indica que no somos un pueblo de ricos. Sin embargo, disfrutamos de dotaciones colectivas similares o superiores a pueblos de ricos de la provincia.

Con el esfuerzo de todos, hemos logrado; un hospital general, centros de salud, suficientes colegios, institutos y universidad, centros sociales, culturales, y para mayores, numerosos comercios de barrio y grandes zonas comerciales, centros deportivos, lugares de diversión cultura y ocio, varios polígonos industriales con cientos de industrias, (en 1978 había 140 industrias), abundantes parques y jardines de tamaño diverso, plazas arboladas y de ‘cemento’ y zonas infantiles y residencias de ancianos y un largo etc. de productos y servicios suficientes para satisfacer las necesidades de cualquiera.

Mucho de lo citado no existía hace una década, pero hoy todo lo anterior unido a la calidad y diversidad de las comunicaciones internas y externas, con grandes ejes norte/sur y este/oeste, autobuses, metro, RENFE, y varias autopistas, permite movernos interiormente y enlazar fácilmente con la capital o cualquier otro punto de España, todo ello junto con un clima suave, pocas cuestas, pocos problemas de seguridad y miles de puestos de trabajo, hacen que nuestro pueblo sea una ciudad bastante amable para sus ciudadanos.

Que lejos queda este Alcorcón de aquella ciudad dormitorio de hace solo treinta años. A veces creo que hemos corrido demasiado y no hemos dado tiempo suficiente a que las cosas se posen, se hagan nuestras.

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